Calma

Siempre la misma imagen, están ellos que aún no logro reconocer por sus desconocidas facciones y la intensa oscuridad que los esconde de mí. Frente a esa larga mesa distingo sus siluetas de pie frente a mí, soy solo yo con ellos observándome, gritando, opinando, juzgando y criticando cada una de mis acciones, pensamientos, decisiones e indecisiones. Estos desconocidos personajes enloquecen mi mente, alteran mis pensamientos con su lenguaje autoritario decidiendo por mí en situaciones inevitablemente importantes. De repente en la oscuridad, por el extraño sonido de sus respiros, logro identificar una leve sonrisa dibujada en uno de los rostros logrando captar el mensaje, ellos tienen el control. Comienzo a desesperarme y al segundo mi mente busca las palabras correctas para comenzar una guerra verbal que sé que no tendrá fin pero decido tomar esa clase de riesgo. Su sonrisa desaparece al segundo que mi mente se detiene y preparada espera su momento para expresarse, pero sin lograrlo llega la ansiedad y me inundo en silencio mientras ellos me observan esperando para dar un solo ataque, pero algo me detiene. Aparece ella, la única lógica en esta habitación, comienza siendo una silueta, pero puedo observar su apariencia tan delicada y madura que se acerca lentamente a mi intentando comunicarse con las miradas que llevamos intercambiando hasta que logramos estar frente a frente, acerca sus labios a mi oído y susurra calma, no entendía el significado de sus únicas palabras, solo la contemplé alejándose de mí, dejándome de nuevo solitaria, enfrentándome a mis demonios y suplicando su regreso.

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